Editorial, Febrero 2025

Los sistemas de gobernanza descentralizados a menudo se componen de silos organizacionales, generando lentitud para alcanzar el consenso y hacer cumplir las decisiones, lo que perjudica la coordinación amplia, la estandarización de las políticas y la adaptabilidad integral a los cambios ambientales.

A menudo presentados como una alternativa a las organizaciones jerárquicas, la prevalencia de los marcos de gobernanza descentralizados ha aumentado desde el advenimiento de la era digital a finales del siglo XX, con enfoques como las metodologías ágiles de desarrollo de software y  el Lean Management, que se adoptan cada vez más en empresas de todo el mundo, promoviendo autogestión, autonomía y cambio rápido. Sin embargo, en el mundo post-ágil contemporáneo, vemos cada vez más que los equipos autónomos a menudo corren un alto riesgo de convertirse en silos organizacionales, donde, de forma aislada, los equipos se centran en entregables reducidos y tienen independencia para tomar decisiones dentro de su subdominio, pero en  conjunto, la organización lucha con el cambio, la coordinación y el control de proyectos entre equipos, prioridades contradictorias, la estandarización de prácticas y documentación, y la elaboración de una visión estratégica a largo plazo. Este problema también es visible en las organizaciones interterritoriales, que individualmente tienen un alto grado de independencia, pero luchan por tomar medidas rápidas. Por ejemplo, la Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) solo se reúne anualmente para revisar el progreso y tomar decisiones sobre política climática, y a menudo experimenta estancamientos en las negociaciones.

¿Por qué es un problema?

Cuando a los equipos operativos se les otorga un alto grado de autonomía sin los mecanismos estructurales para coordinarlos, establecer tácticas, estrategias, auditabilidad, visión y políticas, tomar decisiones conjuntas que lleguen a toda la organización puede ser un desafío, ya que requiere un amplio consenso por parte de múltiples grupos autónomos, lo cual es lento y consume mucho tiempo. Este es un problema particularmente con las decisiones que pueden no ser aceptadas por un subconjunto de equipos y existe el riesgo de que surjan facciones. Si bien los equipos individuales pueden moverse rápido y responder al cambio, esta configuración puede afectar la velocidad a la que la organización en su conjunto puede adaptarse y evolucionar, más allá de lo interno como equipos. A menudo existe el riesgo de una distribución desigual de los recursos y una suboptimización, donde las decisiones benefician a una parte de la organización o comunidad a expensas de otras. Los proyectos complejos que involucran a varios equipos son difíciles de implementar. Los grandes desafíos ambientales y tecnológicos de nuestro tiempo requieren una acción global rápida y estrechamente coordinada.

¿Para quién?

  • Equipos ágiles, organizaciones interterritoriales, iniciativas medioambientales.,empresas de escalamiento, gestoras, organizaciones sin fines de lucro, grupos civiles